Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

domingo, 20 de febrero de 2011

Iglesia de San Francisco en Zamora

Como su nombre lo hace suponer, el templo de San Francisco está ligado a la presencia de la orden de los franciscanos en nuestra ciudad, cuyo primer grupo llegó a Zamora el 17 de octubre de 1580 y fundó la primera capilla franciscana, que fue hecha con palos en un solar.

El establecimiento de los franciscanos en Zamora no fue asunto fácil debido a cuestiones políticas, entre las que se encontraba una Cédula Real de Felipe II que prohibía el asentamiento de órdenes regulares a una distancia menor de seis leguas entre sí y en Jacona ya existía un convento agustino.

Fue hasta 1717 que se autorizó a los franciscanos para establecer una capilla en Zamora, que de inmediato comenzó a construirse y se terminó en un año. Sin embargo el anhelo de los franciscanos, compartido por los zamoranos, de tener un convento en la villa, tuvo que aplazarse.

En 1728 se emprendió la obra de lo que puede ser considerada como la tercer capilla franciscana en Zamora: una iglesia de cuarenta y un varas de largo y trece de ancho, cuya puerta era de cantería y de piedra el arco principal y la cornisa de la puerta. En octubre de 1735 se dedicó esta iglesia.

En 1743 Zamora ya contaba con una Tercera Orden franciscana que había recibido licencia del obispo y con un hospicio que se había instalado sin contar con ninguna autorización. En 1746 ya se había arreglado el claustro, con una pila en el centro, rodeada de plantas y árboles; la huerta, situada detrás de la iglesia, se bardeó y ya había planes de ampliada.

En 1772 se hizo una descripción que establece que el solar ocupado por los franciscanos medía de oriente a poniente 180 varas y de sur a norte 70 varas, dentro del cual la capilla tenía 50 varas de largo y 16 varas dos tercios de ancho. Sus paredes eran de piedra y adobe y medían una vara dos tercios de ancho. Sus techos eran de artesón cubierto de tejas. Contaba con 8 retablos.

 La sacristía, contigua a la capilla, era de 14 varas de largo por 8 de ancho. La casa era de dos plantas, con capacidad para albergar hasta 12 religiosos. Contaba, además, con espacio suficiente para ampliar el número de habitaciones, para un cementerio y para agregar a la huerta el cultivo de hortalizas.


En 1790, por fin se logró la Cédula Real que autorizó la fundación del convento de los franciscanos en Zamora. En 1794 los franciscanos adquirieron dos solares y algunas casas ubicadas al oriente de la huerta.

En 1797 recibieron en donación un terreno para huerta y una casa. Entre 1800 y 1808 adquirieron otra casa que era inmediata al atrio, hacia el sur. En 1808 heredaron otra casa para ampliar el convento y abrir una calle, para separarlo de la vivienda seglar. Con todas estas anexiones, el convento abarcaba la manzana comprendida entre Hidalgo (la Calle Real); Ocampo (Labastida); Aquiles Serdán (San Bernardo) y Cázarez (calle del Relox).



El 19 de enero de 1863 un terrible incendio destruyó la iglesia y el convento de San Francisco. Esta causa y diversas circunstancias políticas de hostilidad, obligaron a los franciscanos a salir de Zamora. Los zamoranos pidieron al Presidente de la República, el 7 de febrero de 1863, que el terreno que ocupaba la Iglesia de San Francisco, destruida por el incendio, no se enajenase. La resolución presidencial fue favorable a la petición de los vecinos, concediendo al Ayuntamiento de Zamora la facultad de designar el objeto a que habría de ser destinado el terreno.


Fue hasta 1874 que el cabildo catedralicio ordenó la reedificación de la iglesia y hasta 1881 cuando el Ayuntamiento convocó a una junta general de vecinos, quienes decidieron que el terreno se usaría para la reparación o nueva construcción del templo que allí existía, para establecer las dependencias necesarias a su servicio y para construir en el mismo lugar, si el espacio lo permitía, una casa episcopal.

En ese mismo año, 1881, un acuerdo presidencial adjudicó a las familias pobres que se habían establecido entre las ruinas la posesión de los lotes. Al mismo tiempo se comenzó la nueva iglesia, en la que se ofició misa por primera vez en 1884, aunque el estreno se realizó el 4 de noviembre de 1887.

Los muros se levantaron de piedra negra cegados con adobe, los techos de madera y teja, con cielo raso de tela. El decorado es obra de Isaac Calderón y los frescos laterales los pintó el artista zamorano Luis G. Jasso. Toda la decoración interior se terminó en 1906.


Ya terminada la iglesia, se construyó, entre 1889 y 1891, el Asilo del Sagrado Corazón de María, para niños; la Escuela de Artes y Oficios y la sacristía del templo.

La iglesia fue intervenida en 1926. En 1928 se autorizó la construcción de un parque infantil en su atrio, que no se realizó por falta de dinero. El obispo Fulcheri recibió el edificio en 1929 y se le volvió a quitar en 1932. En 1958 se arregló el cielo raso del techo de la iglesia y en 1971 se cambiaron las vigas que sostenían las tejas. En 1974 se realizaron algunos trabajos en la torre.


(Texto publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C., con con la autoría de la doctora Nelly Sigaut, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, y con datos aportados en su libro Catálogo Arquitectónico del Bajío Zamorano, Primera Parte: la Ciudad de Zamora, publicado por el propio ColMich. Las extraordinarias fotografías que ilustran los reportajes gráficos de Entorno son de Alberto Vázquez Cholico).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Efectivamente los lienzos fueron reparados en 1958 y le fue encomendada la obra de la decoració n al Gran Maestro ´pintor Don Jesús Vital Rodríguez quien acepto el reto y lo relizó yen aproximadamente en 1984 se volvieron a cambiar los lienzos y nuevamente le correspondio a Don Jesús hacerlo.

Lleon dijo...

Que arbol esta senbrado en el jardin?

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