Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

jueves, 17 de julio de 2014

La Gran Familia en Zamora, Michoacán, y la polarización de la sociedad - Por Jaime Ramos Méndez

(Texto publicado en el Semanario Guía de Zamora)

Tendríamos que cavar profundo en la historia de Zamora para encontrar otro caso en que nuestra sociedad estuviera tan polarizada como ahora, con el asunto del desmantelamiento de La Gran Familia, de Mamá Rosa.

La avalancha de información ha trascendido desde lo local, manifestado principalmente a través de las redes sociales de Facebook y la prensa zamorana, hasta los medios de difusión internacionales, pasando por los estatales y nacionales.

El pasado martes por la mañana lo primero que surgió en Zamora, en Facebook, fue la duda y el malestar de los usuarios de la calzada Zamora-Jacona por los problemas de tránsito que provocó el bloqueo de esta importante vía de tránsito vehicular por el bloqueo del operativo frente a La Gran Familia. Esta molestia fue rápidamente sustituida por otra, mucha mayor, cuando se difundió la noticia de que se estaba interviniendo la institución y deteniendo a su directora fundadora: Rosa Verduzco. Pero allí también surgió la polémica.

Las opiniones avanzaron desde entonces en dos direcciones. La indignación, por una parte, porque el operativo aparecía más como para atrapar a un delincuente prófugo, como La Tuta, que a una anciana de 80 años. Por la otra parte, comenzó a generalizarse el comentario de que ya era hora de que las autoridades tomaran cartas en el asunto de los abusos en La Gran Familia que desde hace mucho tiempo eran conocidos como vox pupuli en todo Zamora.

En los medios de difusión nacionales surgió un proceso parecido. Se generó un enorme despliegue informativo a partir de una conferencia de prensa encabezada por el procurador general de justicia del país y el gobernador de Michoacán. Inmediatamente, en coro, todos los medios dieron por hecho los términos en que se calificó el caso y a sus protagonistas en la casa hogar zamorana.

En las redes sociales locales se alimentó la polémica: quienes apoyan a Mamá Rosa y su Gran Familia denunciaron un linchamiento mediático; sus detractores, aseguraron que lo difundido por la prensa son hechos incontrovertibles y secretos a voces que ya eran consabidos en Zamora desde hace mucho tiempo.

Desde sus páginas personales en Facebook, usuarios de esta red social han están manifestando argumentos en defensa o en ataque. En un análisis somero de los textos, se advierte que los ataques suelen ser virulentos, emitidos desde emociones que expresan odio y fundamentados en elementos de un imaginario colectivo que ha definido a “La Jefa” como la terrible madrastra de los pobres zamoranos huérfanos. A esta imagen corresponde la amenaza que se da, hasta en las mejores familias de la región, en que se advierte a los niños de que, en caso de portarse mal, los llevarán con Rosa.

En el otro plato de la balanza se advierte la desesperación de usuarios que buscan argumentos para defender las causas de La Gran Familia: se rescatan videos de presentaciones musicales; de reportajes que la televisora local TVZ realizó como homenaje a la Gran Familia con testimonios de la propia Rosa; de datos que hablan de una institución respaldada oficialmente en México y desde el extranjero y de los frutos de la institución a través de hijos formados incluso como profesionistas.

En el plano de la información a través de los medios nacionales también se ha transitado de la información completamente negativa a una suerte de equilibrio que está generando confusión.

Al primer impacto de declaraciones en la original rueda de prensa se sumaron contradeclaraciones de intelectuales prestigiados que se han acercado a la Gran Familia. Enrique Krauze y Jean Meyer se han hecho presentes en este sentido tanto en redes sociales como en medios electrónicos. Los mismos reporteros, ya desde Zamora, han dado cuenta de la polarización de opiniones que  se vive en la ciudad y los conductores de noticiaros han pasado de una condena total a una moderada duda.

Escribo el jueves por la mañana, en el límite de cierre de esta edición de Guía. Sin duda, la información en medios nacionales seguirá como prioridad hoy y mañana, bajará un poco el fin de semana y se retomará el lunes. La próxima semana, en que probablemente ya podremos hablar de posibles desenlaces, retomaremos la temática.

En las redes sociales locales se ha generado una página de Facebook, para apoyar a Rosa, que al momento lleva más de mil adherentes y crece exponencialmente. Se ha aprovechado este medio cibernético para convocar a una marcha de solidaridad con ella y se recogen testimonios de personas que son “hijos de Rosa” y hablan bien de La Gran Familia, en contraste con testimonios de otros ex habitantes de la institución que hablan mal desde sus páginas personales.

Las preguntas fundamentales que tendremos qué hacer en adelante no estarán centradas ni en la buena o mala imagen y el futuro de Rosa o de su Gran Familia, sino en el de estas generaciones de desamparados y de las que están naciendo y por nacer. ¿Quién cubrirá el hueco de las muchas cosas positivas que han dejado de hacerse? No me digan que alguno de los gobiernos.

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